1911
La familia Gombrowicz se instala en Varsovia, en el número 3 de la calle Służewska, en un barrio elegante, cerca del parque de Łazienki.
Durante las vacaciones, Witold regresa al campo, donde “comienza el drama”.
"Mantenía amistades con los chicos de mi edad, hijos de campesinos y palafreneros. Aquello dio comienzo cuando yo era aún un mocoso de diez años. Janusz me organizó una “guardia”, es decir, un grupo de pequeños campesinos que yo comandaba. Padecía entonces unos tormentos indecibles cuando, durante los ejercicios de instrucción, mi madre o la institutriz gritaban a lo lejos que no me mojara los pies o me preguntaban si no pasaba frío."
Recuerdos de Polonia |
La Madre: ¿Te das cuenta de que nos vas a enfermar a ambos, a mí y a ti? ¡Microbios! ¡Bacilos! ¡Microbios por todas partes! ¡Con tu pie descalzo pisas el suelo! ¡Horrible inmundicia, el arroyo y el barro, basura y podredumbre! ¡Cómo puedes, descalzo, tocar la tierra! ¿Te das cuenta de lo que es el mundo?
Historia (Opereta) |
Al encontrarse con sus compañeros de juego campesinos en Małoszyce, Witold Gombrowicz toma conciencia de la diferencia social que los separa.
"Teóricamente, yo era el jefe, un señorito, un ser superior destinado a mandar: en la práctica todos los atributos de mi condición señorial: los zapatos, el saco, la bufanda, la institutriz y ¡horror! las botas de agua me precipitaban en el abismo de la humillación y, con admiración furtiva, bien disimulada, contemplaba los pies descalzos y las camisas de tela basta de mis subalternos. […] Sucedió en esa época, más o menos a la edad de diez años, el descubrimiento de algo abominable: comprendí que nosotros, los “señores”, teníamos entonces una apariencia absolutamente grotesca y absurda, tonta, dolorosamente cómica e, incluso, detestable…"
Recuerdos de Polonia |
En Varsovia, Witold prosigue sus estudios con su primo en un curso privado que se organizó para él, Kazimierz Baliński y Antoni Wasiutyński, en la casa de la familia Baliński.
1914
Al declararse la Primera Guerra mundial, los Gombrowicz deben quedarse en el campo, en Małoszyce. La región es teatro de operaciones militares.
Creo que el frente pasó cuatro veces por nuestra casa, avance, retroceso, avance, retroceso, el fragor lejano y luego cada vez más próximo del cañón, los incendios, los ejércitos que se retiran, los ejércitos que avanzan, el tiroteo, los cadáveres junto al estanque, y también los prolongados altos de los destacamentos rusos, austriacos, alemanes. Nosotros, los muchachos, lo pasábamos en grande recogiendo cartuchos, bayonetas, cinturones, cargadores. El excitante olor de la brutalidad lo invadía todo, aunque el mundo de los amos al cual pertenecía me preservaba del contacto inmediato con la guerra.
Testamento. Conversaciones con Dominique de Roux. |
1915
A los once años, Witold Gombrowicz ingresa al - muy aristocrático - liceo Saint-Stanislas-Kostka de Varsovia.
Entré directamente en el segundo grado, era pues uno de los más jóvenes, y, como estaba dotado de un temperamento intranquilo y travieso, me convertí rápidamente en el blanco de todos los golpes y puntapiés que me asestaban mis camaradas, y de torturas tan sofisticadas como: “sacacorchos”, “tijeras sencillas y dobles”, “nelson”, etc. […] A pesar de todo, no descendí a la categoría de pelele.
Recuerdos de Polonia |
Cría dos ratas blancas, experiencia que, más tarde, le inspirará un cuento, La Rata.
Se apasiona por los románticos polacos Zygmunt Krasiński y Juliusz Słowacki, así como por las novelas de aventuras del alemán Kart May, creador del personaje de Winnetou.
Conoce a Tadeusz Kepinski, su futuro biógrafo, que recuerda:
"Me pareció como alguien distinto de mis compañeros escolares. Tenía venillas azules sobre las sienes, frente alta y blanca, ojos de un marrón claro y cabellos rubios. Nariz recta, labios rojos, levemente entreabiertos. Aparte de sus orejas algo grandes, hubiera podido parecer una niña. No pronunciaba las “r”, por lo que experimenté hacia él una especie de fraternidad en la deficiencia."
Tadeusz Kepinski, Witold Gombrowicz y el mundo de su juventud. |
1916-1917
Los tres países que habían ocupado Polonia durante más de cien años se disgregan: Rusia se ve sacudida por la revolución bolchevique, Austria-Hungría y Alemania están perdiendo la guerra. Józef Piłsudski, a la cabeza de las Legiones polacas, emprende el combate para liberar a Polonia.
"En aquellos años, la guerra mundial despertó en mí una nostalgia incurable por Occidente. […] Seguía con vehemencia los cambios en el frente y, con un lápiz, marcaba solemnemente sobre el mapa cada pueblito tomado allá por Reims o Amiens, como si de eso dependiese el resultado de la guerra. Al otro lado de aquel frente comenzaba para mí Europa, mientras los rusos y los alemanes conformaban una especie de realidad de segunda categoría: ridícula, bárbara, separada de aquello: de la civilización."
Recuerdos de Polonia |
Al entrar en la adolescencia, crece su sentimiento de extrañeza con respecto a su propio medio.
Lo atormenta la problemática “inferioridad/superioridad”: experiencia existencial que se convertirá en uno de los temas mayores de su obra.
"Lo cierto es que detestaba el salón, y adoraba en secreto la antecocina, la cocina, las caballerizas, a los peones, a las labradoras -qué marxista era entonces-, y mi sexualidad precozmente despierta, nutrida de guerra, de violencia, de cantos de soldados y de sudor, me encadenaba a esos cuerpos enmugrecidos por el duro trabajo. La inferioridad se convirtió para siempre en mi ideal."
Testamento. Conversaciones con Dominique de Roux. |
1918
Al finalizar la Primera Guerra mundial, el 11 de noviembre, se proclama la independencia de Polonia, después de más de ciento veinte años de inexistencia política. Józef Piłsudski asume la jefatura de gobierno.
¡Qué espléndido año aquel de 1918! Era todavía demasiado joven para abarcar toda la belleza de este final de la primera guerra mundial, ¡cuánto más cargado de poesía que el de la segunda! Fue un despertar prometedor y conmovedor, el inicio de una nueva vida, el hundimiento de los tronos, de la moda de cuellos rígidos, de los bigotes y los prejuicios de “honor”, la libertad de los cuerpos se mezclaba con la del espíritu.
Recuerdos de Polonia |
Witold Gombrowicz pasa sus tardes en casa de sus amigos Antoni y Kazimierz Balinski, en la calle Wiejska. El padre, senador, preside el círculo escolar. Durante todos sus años de formación, será, para Witold Gombrowicz, una especie de familia por elección.
1919
Apenas estaba en sexto curso (a los quince años) y ya echaba de vez en cuando una ojeada a la “Crítica de la razón pura” de Kant. Testamento. Conversaciones con Dominique de Roux.
Testamento. Conversaciones con Dominique de Roux. |
La lectura de Nietzsche y de Schopenhauer marca de modo fundamental al joven Witold Gombrowicz; mantendrá su gran admiración por estos dos filósofos hasta el fin de su vida. También lee los grandes clásicos de la literatura mundial y polaca y novelas de aventuras.
Con su hermano Jerzy, Witold Gombrowicz se interesa en los relatos de combates navales y en la genealogía.
1920
La guerra polaco-bolchevique estaba en su apogeo. En agosto, el ejército polaco quiebra la ofensiva del ejército rojo, cerca de Varsovia. Cuando su hermano Jerzy se ofrece como voluntario a la caballería, Witold Gombrowicz, a quien su madre impidió que cumpliera con “su deber”, es enviado a una institución civil encargada de despachar paquetes a los soldados.
Ese año de 1920 hizo de mí un ser “distinto a los otros”, aislado, viviendo al margen de la sociedad. […] Esa ruptura con el grupo, con la nación, que me obligó a buscar mi propia senda y a vivir por mi cuenta, surgió para mí en aquel año memorable de la batalla de Varsovia.
Recuerdos de Polonia |
Otra pasión: la genealogía. Comienza su historia familiar Illustrissimae familiae Gombrovici, su primer escrito no escolar. Une autre passion: la généalogie.
1922
Witold prepara el bachillerato, llamado “certificado de madurez” en polaco. Más tarde, titulará su primer libro: Memorias del tiempo de la inmadurez.
La problemática de la “inmadurez/madurez” se convertirá en uno de sus temas más importantes.
Witold Gombrowicz es un gran lector. Pascal, Rabelais, Montaigne, Shakespeare, Dostoievski, Thomas Mann y Alfred Jarry se convierten en sus autores de referencia.
El bachiller Itek obtiene las siguientes notas en el bachillerato: “excelente” en polaco, “bueno” en religión y en historia, en todo el resto sólo suficiente.
Se inscribe en la Facultad de Derecho de Varsovia.
Yo no asistía a los cursos. Mi valet, más distinguido que yo, iba en mi lugar.
Witold Gombrowicz, Cahier de L’Herne |
Se interesó en el Derecho Romano. Su amigo Tadeusz Kepinski lo lleva a los cursos del prestigioso lógico Tadeusz Kotarbinski.
1923
A causa de pequeñas fiebres de origen pulmonar, Witold Gombrowicz decide pasar temporadas en la montaña, en Zakopane, en los Tatras, o en el campo, en Potoczek, en Polonia central, en casa de su hermano Janusz. Estos dos sitios se convertirán en sus lugares de veraneo preferidos.
En la “total soledad de los bosques”, Witold Gombrowicz comienza a escribir la historia de un contador, su primera novela, que destruyó enseguida.
Con Tadeusz Kępiński, emprende la escritura de otra, inspirada en la mala literatura sentimental.
A cuatro manos, una novela sensacional para ganar un montón de plata. […] Esta idea de la “mala novela” era la cumbre de mi carrera literaria; nunca, ni antes ni después, he concebido una idea más creativa. […] Mi proyecto era […] entregarse a la masa, rebajarse, convertirse en un ser inferior, no solamente describir la inmadurez, sino escribir “con ella”.
Recuerdos de Polonia |
1924
Se casa su hermano Jerzy Gombrowicz y se establece en Wsola, cerca de Radom, donde Witold pasaba frecuentes temporadas. Allí escribirá gran parte de las novelas cortas de Memorias del tiempo de la inmadurez y su primera novela, Ferdydurke.
1926
Witold trabaja en un texto audaz y muy personal, que no se atreve a mostrar más que a una amiga, Mme. Szuch, quien le aconseja destruirlo, lo cual hace inmediatamente.
Durante las vacaciones, flirtea con una joven estudiante en Wisla, al sur de Polonia.
Se enamora de Krystyna Janowska, joven de la casa de campo vecina de la de su hermano en Wsola.
La pasajera que tenía a mi lado me proporcionaba además una alegría íntima mucho mayor que el globo mismo. Sobre los prados, los campos y los bosques, por primera vez en la vida, perdía el juicio, y lo perdía cada vez más, mientras ella me escuchaba con tal atención que habría podido besar mil veces su pequeña, perspicaz y comprensiva oreja. A pesar de que es bien sabido que las mujeres dicen amar lo novelesco, no le conté nada sobre el Negro ni sobre mis otras aventuras… Me lo impidió una incomprensible vergüenza que me advertía que no debía hablar demasiado. Llegó el día del cambio de anillos… Luego, empezó también a acercarse el de la boda.
Bakakai, Aventuras. |
Su familia quiere que se case, según parece con una joven condesa, amiga de su hermana, pero Witold escurre el bulto.
1928
Ya licenciado en Derecho, el padre de Witold Gombrowicz lo envía a Francia para que continúe los estudios. Se inscribe en el Instituto de Altos Estudios Internacionales en París, pero no asiste a los cursos. Hace su “peregrinaje al corazón de Europa”: en mayo se va por un año a Francia. En París, vive en la calle Belloy, cerca de la avenida Kléber y lleva una “vida desordenada”.
Si quisiera resumir en pocas palabras mi estadía en París sería realmente eso: andar por las calles. Ni tan siquiera vagabundear, no: andar.
Recuerdos de Polonia |
Un día, andando por no sé qué calle de París, […] entré en una iglesia para refugiarme de la lluvia. Para mi sorpresa, vi algo que se parecía a un pozo, en cuyo fondo había un catafalco. Miré y me marché porque había dejado de llover. Años más tarde, me enteré de que era la tumba de Napoleón.
Recuerdos de Polonia |
El mundo artístico me atraía por su libertad y su resplandor, pero me asqueaba física y moralmente. Esta visita al Louvre no era tan inocente como pudiera parecer. Escaleras. Estatuas. Salas.
Recuerdos de Polonia |
“La cara de la Gioconda, ¡qué hermosa! –escribía yo-. Pero nosotros, ¿qué provecho sacamos de ello? Es hermosa, mas afea las caras de sus admiradores. En el cuadro: belleza, pero delante del cuadro: esnobismo, estupidez, un torpe esfuerzo para advertir algo de esa belleza de cuya existencia se está informado”.
Recuerdos de Polonia |
Witold Gombrowicz conoce al chino Chou que lo lleva a los cafés estudiantiles del Barrio Latino, donde polemiza con los parisienses, tomando por los cuernos “el toro de la superioridad occidental”, por primera vez.
Como polaco, como representante de una cultura más débil, tuve que defender mi soberanía, ¡no podía permitir que París se me impusiera!
Recuerdos de Polonia |
Enseguida, se va a los Pirineos por algunos meses. Pasa seis en Vernet-les-Bains, Le Boulou, Port-Vendres y Banyuls que le brindan el deslumbramiento del Sur de Francia. Vive una revelación al descubrir el Mediterráneo.
Lo que no habían podido conseguir todas las catedrales y museos de París, lo logró ese trozo de camino vertiginoso que apuntaba directamente al mar y de pronto comprendí el Sur, Francia, Italia, Roma y mil cosas más, todo eso se me apareció por primera vez de forma muy hermosa.
Recuerdos de Polonia |
“Frecuenta amigos que se dedican a la trata de blancas. Puede ir preso, pero se salva de la prisión porque interviene el abad Barcelo que se hará amigo suyo”. Según la biografía redactada por el propio Witold Gombrowicz para el Cahier de l’Herne dedicado a él.